Trufa en conserva

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Si has llegado hasta aquí seguro que conoces el poder que tiene la trufa en los platos y el toque de sabor que le puede aportar a cualquier cosa, tanto si preparas un plato sencillo o complejo. Pero por otra parte también debes saber que es un producto cuya producción es muy limitada, ya que sólo se recolecta durante ciertos meses del año.

A parte de sólo recogerse durante un periodo corto, su vida útil es muy corta, por lo que desde que se recolecta va perdiendo el aroma tan peculiar que nos ofrece. Por lo tanto, como la vida de la trufa fresca es tan corta, supone todo un reto para los recolectores intentar mantener este manjar durante todo el año. Por suerte, existen métodos de conservación de la trufa para que puedas disfrutarla durante todo el año. Es lo que llamamos trufa en conserva.

Existen una serie de recomendaciones básicas para la correcta conservación de la trufa. Es una tarea muy metódica pero tampoco compleja. Según los expertos, la trufa no debe de mantenerse nunca a una temperatura ambiente, ya que es a esa temperatura donde más propiedades pierde. Es oportuno conservarla a una temperatura que no supere los 4ºC, almacenándola a su vez en un recipiente hermético. También es importante dejarla apoyada dentro del recipiente hermético sobre arroz, ya que el arroz será el encargado de absorber la humedad de la trufa y ayudar así a conservarla mejor. Y como última recomendación, se debe de abrir el recipiente 1 o 2 veces al día para que no haya un exceso de humedad en el interior del recipiente hermético.

No cabe duda de que la mejor forma de consumir una trufa es aquella en la que se consume fresca ya que asi disfrutaremos de la mejor manera su aroma y sabor. También depende del tratamiento y la presentación en la que quieras degustar la trufa, ya sea picándola o rallándola. Pero en épocas donde ya no se puede recolectar la trufa, aparece la denominada trufa en conserva y nos alegra nuestros platos. De la trufa en conserva se puede obtener tanto el jugo de trufa negra, como trufa negra en su jugo y trufa negra en láminas.

El jugo de trufa negra es un jugo natural que se obtiene de la cocción de trufa negra, agua y sal. Se suele usar como sazonador en comidas como caldos, sopas o purés. Gracias al proceso de cocción ayuda a conservar al máximo su aroma y sabor. Debes tener cuidado al abrir el frasco del jugo de trufa, ya que podrás hipnotizarte con la fantástica fragancia que desprende el jugo de la trufa negra.

La trufa negra en su jugo es otro de las formas de almacenar la trufa en conserva. Este método es uno de los más utilizados en nuestra gastronomía, ya que gracias a la elaboración artesanal de este producto la trufa consigue mantener todas sus propiedades y no solo eso, sino que desarrolla aromas y sabores únicos. Y por último, la trufa negra en láminas es un tipo de trufa en conserva que nos encanta.

Las trufas han sido seleccionadas minuciosamente y laminado manualmente antes de ser envasadas con aceite de oliva virgen extra. La trufa en laminas es la forma de decorar tus platos con un toque lujoso. Es ideal para aperitivos, sopas, purés, canapés, carnes, ensaladas y arroces…. Es importante emplatar y después colocar encima las láminas de trufa con unas gotas de su propio aceite.

La principal razón por la que comprar trufas en conserva es la de poder disfrutar de este maravilloso manjar durante todo el año. Si solo se pudiera comer trufa en la época de recolección no podrías hacer uso de la trufa en tus recetas culinarias. Por lo tanto, es una muy buena razón por la que comprar trufa en conserva.

Otra razón es la de su sabor único. Por ejemplo, el jugo de trufa negra crea un sabor único gracias al método de cocción con agua y sal que hace que coja un sabor único.

Y por último, el tiempo que puedes tener la trufa en conserva sin abrir. Puedes tenerlo guardado sin abrir perfectamente 5 años en un lugar fresco y seco. Pero, una vez abierto debes guardarlo en la nevera y consumirlo en un máximo de 7 días.